Decoración de verano. Quítatelo todo
Sólo hace unos meses que hablábamos de los nuevos colores del otoño y ya estamos a 40 grados. Parece que ha pasado un siglo, pero no. Es el verano que llega pidiendo a gritos que guardemos la mantita del sofá, y escondamos las velas de la mesa de centro.
Y es que el verano es una época para quitárselo todo. Y cuando digo todo no me refiero sólo a quitarte la ropa, me refiero a quitarse todo, todo. Los jerséis, las camisetas, las cortinas, los manteles, los jarrones…todo
El verano es genial. Agobiante, pero genial. Me encanta despertarme con las ventanas abiertas sintiendo la brisa fresca de la mañana (es el único momento fresco del día… habrá que disfrutarlo). Y no hay nada mejor en esta época, en que los propios termómetros de la calle se derriten al sol, que entrar en casa, quitarte los zapatos y tirarte en el sofá disfrutando del aire acondicionado o el ventilador, un refresco con mucho hielo y tu canal favorito en la tele.
Y a mi que me encanta la decoración, me encanta esta época en la que toda sobra. Parece una incongruencia, lo sé. En realidad, no es que en verano no haya decoración, al contrario, hay muchos elementos decorativos pensados para la época estival. Sin embargo, la decoración de verano es ligera, fresca y frugal. Me gusta esa palabra, es un extraño modo de describir algo sencillo. Es como decir que no tiene importancia… que no es gran cosa. Y sin embargo elegir esas pequeñas cosas, esos detalles de verano es realmente una tarea que merece su tiempo. Porque esos detalles van a dar a tu casa el aire que necesita en esta calurosa estación.
Y mientras llega el momento de disfrutar de una playa de arena blanca tomando daiquiris bajo un cocotero, podrías relajarte en un confortable sofá blanco, tomando una copa de vino junto a un enorme ficus en el rincón. O tal vez prefieras una cómoda butaca de mimbre donde leer un libro bajo la brisa de un gran ventilador de techo. Dormir la siesta en una tumbona en el jardín junto a un sauce llorón. O disfrutar de una cena con amigos en una preciosa mesa de cristal.
Y las noches… Las noches de verano largas, frescas y llenas de vida invitan a disfrutar de los amigos, las cenas, el vino y la música. En cuanto a decoración, las flores, las lamparitas de jardín, las cañas de bambú, una preciosa mesa puesta a la luz de las velas y la luna. No hay nada que “quede” tan bien como una noche de verano.
En cuanto a los detalles. El verano está lleno de ideas. En los últimos años hemos visto como los cuadros y tejidos con motivos de hojas de diferentes tipos llenaban nuestros hogares. Vajillas de bambú, colores naturales, almohadones con fundas de lino, cortinas vaporosas, jarrones de flores alegres o cestas de coco con plantas colgantes en el rincón.
Y los colores de verano: blancos, azules, amarillos, limas y naranjas
Es curioso que un color blanco sea tan de verano como un azul marino, pero para darnos la razón están los marineros. Nada combina tan bien en verano como estos dos colores. Frescos, elegantes y sobrios. Luz y mar convertidos en decoración. Pero lo mismo el blanco que el azul, funcionan tan bien solos como juntos.
Y en cuanto los verdes lima, los amarillos y los naranjas, siempre han sido colores del verano. Cada día son más los colores vibrantes que se introducen en vajillas, jarrones y detalles decorativos para llenar de alegría nuestros hogares de verano.
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